Se equivocaba la leyenda. Todo este tiempo me he negado a creer que me aguardaba un lamento tan cruel. Separados Sol y Luna, girando al contrario, condenados a la más absoluta soledad. Se equivocaba. No era el Sol mi amor. Que este Rey vigile ahora las Mareas, yo he caído en el abismo de mi inevitable destino. Todo mi mundo cobra sentido, me abro paso entre tu oscuridad, único escenario de mi existencia. Me envuelves suave como notas de piano en una cama de estrellas. Retengo cada aliento de tu boca, cada hueco en tu sombra. Me susurras con tu voz melodiosa. Me abandono al delirio. Memorizo tus formas. La mitad del tiempo te tengo, la otra mitad te sueño. Desde el Crepúsculo hasta el Alba soñemos juntos. Inseparables. Amándonos con locura. Destinados a encontrarnos.

Tú la Noche, yo la Luna.

21 de abril de 2014

El monje que vendió su ferrari. Robin Sharma

"Yo también he recorrido ese camino, amigo mío. Yo también he sentido ese mismo dolor. Pero he aprendido que todo sucede por alguna razón. Todo suceso tiene un porqué y toda adversidad nos enseña una lección. He comprendido que el fracaso, sea personal, profesional o incluso espiritual, es necesario para la expansión de la persona. Aporta un crecimiento interior y un sinfín de recompensas psíquicas. Nunca lamentes tu pasado. Acéptalo como el maestro que es."

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